Retrato al óleo de Collin. Alexos Próspero Collin Leonard nació en Vitoria el 4 de Octubre de 1808, hijo de padres franceses (de Toulouse el padre, de Metz la madre), llegados a aquella ciudad con las tropas napoleónicas en el marco de la Guerra de la Independencia. Collin fue apadrinado por Juan Francisco Guillois, a quien la partida de bautismo describe como comisario de guerra del ejército francés y encargado de la policía de la ciudad de Vitoria, un cargo nada despreciable que avalaría la rumorología popular de la época que aseguraba que Collin era hijo de un general francés.
Los movimientos de las tropas durante el conflicto y la posterior retirada del ejército francés de suelo peninsular, terminaron con nuestro protagonista asentado en la Villa de Bilbao. Huérfano, perdido o abandonado por sus padres, Collin se convirtió en un rostro habitual en las calles de la Villa, desempeñando, según fue creciendo, labores de recadista, cigarrero, descargador en los muelles. Pacífico y honrado ciudadano, que hablaba de tu a todo el mundo y al que nunca se le oyó blasfemar, era, sin embargo, muy aficionado a las tascas y la bebida, afición desmedida que terminó por embrutecerlo y por hacerle perder, en palabras de Emiliano de Arriaga, su dignidad de hombre. "Grandonazo y gordo, con cogote de flan tostado y anchas espaldas, resultaba su cuerpo como un inmenso fardo de patatas y su carota como un chafarrinón embadurnado en corcho, pues apenas en ella se dibujaban las facciones. Así en conjunto -salvo el andar a cuatro patas y eso más de una vez hubo de hacerlo-, semejaba a un paquidermo, según eran torpes sus formas y pesados sus movimientos".
Su popularidad se acrecentó al llegar a Bilbao un nuevo Gobernador cuyo parecido físico con él era tan grande que inspiró a los miembros de "La Pasteleria" una de sus bromas más conocidas: vistieron a Collin de frac, sombrero de copa, guante blanco y bastón con borlas, lo llevaron a la plaza de toros y lo sentaron bajo el palco presidencial, desde donde, perfectamente aleccionado al ritmo de varias copas ingeridas en el local de la Pasteleria, sacaba el pañuelo, se levantaba y saludaba, cual si realmente fuera el propio Gobernador, quien, por otra parte, situado en su palco, tardó un rato en darse cuenta de la hilaridad que la doble presidencia estaba provocando entre el respetable.
Sin domicilio fijo, Collin acostumbraba a dormir en los atrios de las iglesias, los portales de las casas o los coches del transporte público, y fue precisamente en uno de estos, el que desde la Plaza de San Nicolás iniciaba su ruta hacia Bermeo, donde una fría madrugada de domingo del año 1845 fue hallado muerto a la temprana edad de 37 años.
Este retrato forma parte de la denominada "Galería de Celebridades Vizcainas", una colección originalmente integrada por 239 retratos al óleo de personajes famosos y notables, destacados en muy diversos campos de la actividad y la vida cotidiana de los últimos años del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX en Bizkaia y, muy particularmente, en la Villa de Bilbao. La Galeria surge, en torno a 1950, como un proyecto personal de los hermanos José Antonio y Luis de Lerchundi y Sirotich, quienes concibieron la idea de crear una suerte de Museo iconográfico del territorio, preservando para la memoria futura su pasado más reciente, a través de la imagen de los hombres y mujeres descollantes en aquella época.