Kris filipino de hoja flamígera a una mesa, más ancha en su arranque, con filos corridos al interior y al exterior, presentando una serie de entrantes y salientes escalonados. Aparecen unas incisiones en ambos lados de la hoja que siguen su forma ondulada, otras son circulares y las hay en forma de punta de flecha. La empuñadura es de madera noble y está recubierta por dos tipos de cuerda, presentando una abrazadera que sale de aquélla y rodea el saliente de la hoja sujetándolo. La parte final de la empuñadura tiene forma de cabeza de pájaro, con un extremo picudo vuelto hacia la hoja y el otro encrestado. Una cinta roja se engancha a la empuñadura.
Esta pieza pertenece a la colección de armas filipinas del Museo San Telmo, cuyo origen es probablemente el mismo que el de otras colecciones que se encuentran repartidas en diferentes museos españoles, que no es otro que la presencia de diplomáticos, comerciantes y militares españoles en la zona de Filipinas. Aunque no lo tenemos documentado, es probable que proceda de la colección de objetos que el coronel Dugiols trajera a su vuelta a Guipúzcoa desde Filipinas.
La colección está formada principalmente por un grupo de armas blancas utilizadas por diferentes tribus indígenas de la zona de filipinas. Los machetes, que reciben diferentes denominaciones (Kris, Barong, Bolo, etc.) fueron las armas a las que se enfrentaron muchas veces los conquistadores y tropas españolas en Filipinas. Las hachas de guerra también fueron armas muy empleadas por estas tribus y entre ellas cabe destacar las Aliwas. Los kris, con una presencia importante en la colección, han cumplido en cambio una función diferente, más ritual o social que militar o defensiva, pudiéndose retrotraerse su uso a centenares e incluso miles de años. Completan el conjunto varios escudos de dos tipologías diferentes, armas enastadas y pequeños cuchillos o dagas.