Conjunto confeccionado en pequín rosa y blanco de seda labrada en sedas polícromas, con motivos que dibujan ramilletes de flores.
El conjunto se compone de dos piezas: jubón y brial. El jubón ajustado al torso tiene un gran escote en el delantero que remata en pronunciado pico. La manga con forma en el codo es larga, ajustada al brazo y con abertura en las muñecas. La espalda lleva costura en el centro y remata en la línea de la cintura con un volante con pliegues, que coinciden con las costuras de la espalda. Cierra en el delantero mediante ojetes realizados en una tapilla en el forro. El jubón va armado con ballenas encapsuladas entre el tejido exterior e interior, coincidiendo con las costuras de la espalda. Va forrado en tafetán de lino. El brial está confeccionado con ocho paños. El vuelo del brial se consigue mediante grandes pliegues. Lleva un gran ruedo en tafetán de lino.
Este conjunto es un excepcional ejemplo de los vestidos femeninos de la segunda mitad del siglo XVIII, que surgieron como vestido informal por iniciativa de las mujeres francesas. Se llevaban como vestidos de diario por todos los estamentos sociales, siendo un elemento diferenciador la calidad de los tejidos y la guarnición de éstos. Teniendo en cuenta la hechura del jubón, armado con ballenas, que podríamos relacionar con los pirros en boga en los años ochenta y los ejemplos que nos muestra el Magazine des Modes, podemos situar este conjunto alrededor de 1787. No es frecuente que se conserven completos los vestidos históricos que han llegado hasta nosotros, por lo que este conjunto es un valioso documento para conocer mejor nuestra indumentaria dieciochesca.
Amalia Descalzo, Amelia Leira (2021)