Talla de madera de hacia 1500, de transición del gótico tardío al Renacimiento.
Es un Cristo de tres clavos, como era habitual en esta época. La anatomía es, en líneas generales, proporcionada. En el periodo anterior se solían hacer los Cristos crucificados con el cuerpo curvado y describiendo una uve bien marcada con los brazos; asimismo los rasgos eran más estilizados y angulosos. Por el contrario éste mantiene el cuerpo alineado con el madero vertical, sólo gira su cabeza ligeramente hacia su derecha, como era habitual, y la uve que forma con sus brazos es poco pronunciada, es, por tanto, menos dramático. Los rasgos anatómicos son más naturales y orgánicos que en el gótico tardío. El paño de pureza está dorado, es corto y tiene pliegues blandos y poco voluminosos dispuestos horizontalmente. El paño conserva la policromía original. Todos ellos son rasgos más modernos. Las facciones de la cara, algo estilizadas, en cambio, están más en sintonía con el gótico tardío. Tiene los ojos entreabiertos, una corona de espinas enlazada en espiral y una definición anatómica algo esquemática, sobre todo en el tronco.
Es reseñable el esmero con el que se ha representado la sangre que se derrama por sus brazos, torso y piernas, la ha representada con varios tonos y la que brota en abundancia del costado tiene volumen; para ello han aplicado la técnica del "pastillaje". También hay que observar que la sangre que sale del costado corre por debajo del paño de pureza a lo largo de su pierna derecha, uniendo simbólicamente, en un mismo hilo, la primera herida de su vida, la circuncisión y la última, la lanzada del costado; lo que se ha dado en llamar "guión sangriento" (Steinberg, 1989: 50-221).