Instrumento compuesto de dos piezas de hierro con los extremos terminados en gancho y casquillos donde se enmanga una larga pieza de madera, quedando las dos piezas de hierro unidas.
Procedente de la Ferrería de Lebario, actuaría a modo de bomba que accionaría el mecanismo que abría o cerraba el paso del agua desde el depósito a la rueda del martinete.
La Ferrería de Lebario estuvo ubicada en Abadiño, al borde un río, de donde extraía la energía que permitía poner en funcionamiento sus barquines y martinetes, y rodeada de bosques de robles, hayas y encinas, de donde obtenía el carbón vegetal empleado como combustible para la fundición del hierro. Fue una de las "ferrerías mayores" más importantes de Bizkaia que suministraba hierro en bruto y productos manufacturados tanto para la exportación como para el consumo interno, desde su fundación hasta la introducción de los Altos Hornos. En 1928, a pesar del interés que mostró la Sociedad de Estudios Vascos por su conservación, fue desmontada y algunos de sus utensilios y herramientas fueron donadas al Museo; su desaparición llevó al entonces director del Museo, Jesús Larrea, a estudiar su arquitectura y funcionamiento para realizar una maqueta a escala 1:5, la cual poseía un circuito cerrado de agua que movía los barquines. Dicha maqueta estuvo expuesta en el primitivo recinto del Museo, el Claustro del Colegio de San Andrés, hasta la década de 1960. Con la ampliación del Museo al resto de edificio en 1970, la maqueta desapareció y en su lugar, en 1977, se construyó una nueva réplica que hoy puede verse en la sala de Ferrerías del Museo (nº aaaa/0668)