Botella de vidrio verde con base rehundida cóncava, cuerpo cilíndrico y cuello que cierra con tapón de corcho. En el interior se han introducido dos barcos en miniatura, un velero de cuatro palos y un vapor más pequeño. Ambos están fondeados en un decorado hecho con masilla de cristalero que reproduce un puerto con faro, muelles y casas de fachadas blancas diseminadas sobre un fondo verde que imita la ladera de un monte.
El modelismo naval en botellas, con algunos antecedentes a finales del siglo XVIII, comienza a popularizarse en la segunda mitad del siglo XIX, momento en que se empiezan a fabricar industrialmente botellas de vidrio transparente. Este arte manual se convirtió en pasatiempo para la gente de mar con el que entretenían sus ratos de descanso en las largas travesías. En su construcción empleaban todo tipo de materiales (madera, marfil, huesos, cabellos...), recreando no sólo barcos, sino también escenas portuarias y otro tipo de objetos. Solían ser regalos para sus novias y familias, recuerdos que acababan convirtiéndose en elementos decorativos de las casas y tabernas marineras.