Este arnés está formado por diferentes piezas articuladas que proporcionaban una cobertura completa al combatiente. Presenta un acabado redondeado y liso, característico de los talleres milaneses, y alejado de las potentes aristas de las armaduras alemanas. Siguiendo el estilo de la escuela italiana de este artesano, es destacable la exquisita decoración en forma de trofeos, grutescos y filigranas que cubre todas las piezas de la armadura y que lo convierten en un objeto artístico típicamente renacentista y una vestidura de gala para el guerrero.