Sillón con asiento rectangular de madera y brazos, cuya decoración se localiza en los montantes del respaldo y en la chambrana del frente, o faldón, con talla en relieve de flores, discos solares y carátula central. Los barrotes del respaldo son bulbosos y estriados verticalmente mientras que los del faldón son helicoidales; unos y otros sirven para aligerar el peso de estos muebles. Conserva restos de policromía roja y verde, especialmente en los motivos decorativos.
Procedente de Forua, Bizkaia, este sillón responde a la interpretación popular de los llamados sillones fraileros, utilizados por lo general en las sacristías o en las casas de los notables. Los sillones fraileros, tan característicos del arte barroco en Castilla, son reinterpretados por los artesanos vascos, sustituyendo el asiento y el respaldo de cuero o terciopelo, propio de aquellos, por piezas de madera y ornamentando los respaldos con motivos de talla y calados.