Mueble en forma de cajón rectangular, con interior hueco, y que presenta una pared larga, una corta y tapadera superior. Carece de un lado corto y otro largo dado que estaba destinado a ser colocado contra las paredes, en ángulo, de una habitación. El tablero superior, fijado a la estructura mediante bisagras que permiten su apertura total, presenta en la zona central, dos orificios circulares, de 26 y 15 centímetros de diámetro respectivamente, ambos cubiertos por tapadera encajable, la mayor de las cuales conserva pomo de porcelana, situado en su centro. La tapadera pequeña, un simple rodete de madera, parece tratarse de una obra "casera", realizada para sustituir a la original, rota o perdida.
Bajo los orificios se situarían los correspondientes bacines, destinados a recibir la orina y los excrementos. El orinal disimulado en el interior de un pequeño mueble surgió en el siglo XVIII y se mantuvo en uso hasta que se implantaron los retretes con flujo de agua para lo cual era necesaria una red de saneamiento. Su tipología hace pensar que procedería del ámbito rural.