Caja de carton forrada de papel color amarillo con tapa superior encajable que conserva en su interior doce pajaritas ya formadas y con pinzas metalicas para su sujeccion a la camisa.
Cuatro de ellas están confeccionadas en crespón de seda negra, otras cuatro emplean el blanco y negro en tejidos labrados con motas, círculos, óvalos y rayado, y las cuatro últimas son de tejidos labrados en colores, azul con puntos granate, granate con blanco, crema con negro, y en varios tonos de marron.
Proceden del Palacio Munoa, casa de campo edificada en torno a 1860, por el bilbaino Juan Echevarría y La Llana (Bilbao 1803-1881) en la desembocadura del río Cadagua, en Burceña, Baracaldo. Por matrimonio con Rafael Echevarria Azcarate, Munoa pasó a ser propiedad de Amalia Echevarrieta Maruri (Bilbao 1868- Baracaldo 1955) quien, en 1955, vendió la finca, dividida en seis partes iguales, a los hijos de su hermano Horacio Echevarrieta (Rafael, Juan Antonio, Horacio, Cosme, José Mª y Amalia Echevarrieta Madaleno). Tras el fallecimiento, en enero de 2014, de Amalia Echevarrieta Madaleno, última heredera residente en el palacete, la finca pasó a manos del Ayuntamiento de Baracaldo.