Vasija de cerámica realizada a torno, con esmalte blanco en todo el interior y parte del exterior, provista, en origen, de dos asas. Posee decoración, que actúa también como refuerzo, de cordones paralelos mellados con el dedo, conocidos como "brincos", así como incisiones en el asidero que conserva. Capacidad de 24 litros.
Con excepción de Navarra, el País Vasco peninsular no ha contado con arcillas que permitieran el contacto directo con el fuego, por lo que los pucheros utilizados para el guisado de alimentos se han tenido que importar de Castilla, principalmente de los diferentes pueblos olleros de Zamora y Valladolid. Denominadas como ollas zamoranas, se fabricaban, en arcilla blanca refractaria, en diversos pueblos como Muelas del Pan, Pereruela, Moveros ... y se importaban al País Vasco cuando estaban en bizcocho. Ya en las ollerías vascas, los artesanos les daban el baño de esmalte blanco y las volvían a hornear quedando listas para su venta, ya que, según cuenta la tradición, las mujeres vascas exigían el baño de esmalte blanco en todos sus objetos de barro, por entender que les proporcionaba un más bello aspecto, al tiempo que facilitaba su limpieza y mantenimiento.