Instrumento de percusión compuesto por un cajón, a modo de caja de resonancia, sobre tres patas que en la cara superior presenta cinco martillos con los extremos fijados mediante un travesaño a ésta y, delante de las mazas, un rodillo provisto de manivela de hierro forjado con asidero de madera para moverlo, con cinco apéndices a distintas alturas insertados en espiral y dispuestos en línea con cada uno de los martillos.
Esta carraca, procedente de la iglesia parroquial de la Asunción de Arzubiaga, Alava, fue utilizada para sacar ruido durante el Oficio de Tinieblas de Viernes Santo, dentro del ciclo religioso de la Cuaresma, tiempo durante el cual estaba prohibido tañer cualquier tipo de instrumento musical. En el transcurso de este Oficio se apagaban todas las luces del templo, quedando la iglesia totalmente a oscuras, comenzando los feligreses a hacer sonar las carracas y tabletas que cada uno llevaba de su casa y que acompañaban con su ruido al de la carrraca de la propia parroquia, movida por los acólitos, dando lugar a un gran estruendo que sobrecogía a los allí congregados y venía a simbolizar la tormenta que se desencadenó en el monte Gólgota cuando Cristo expiró en la cruz.