Recipiente de madera, monóxilo, de forma troncocónica, base y boca ovalados, con la parte delantera de la boca avanzada con respecto a la base formando una pared oblicua; en el lado contrario asa doble sobreelevado; horizontal que se adentra hacia el interior de la boca y vertical perforado con forma de ovalo para introducir por ella los dedos de la mano hasta la palma. Presenta una importante grieta desde el centro de la base hasta la boca que se ha querido sujetar con grapas metálicas
El kaiku, perteneciente a la cultura pastoril de Euskalerria y sin parangón en el resto de Europa, es un recipiente de excelente diseño para cubrir las funciones de ordeño y transporte de leche, a los que está destinado. Por la forma oblicua de una de sus paredes se adapta perfectamente a las labores de ordeño, permitiendo recoger con comodidad la leche colocado entre los cuartos traseros de la oveja y las piernas del pastor, agachado o sentado en una pequeña banqueta de madera. Esta forma permite, así mismo, verter sin derramar la leche, en otros recipientes como el cuezo (abatza) para la elaboración de productos lácteos. Doble asa, vertical y horizontal, facilitando asirlo de manera distinta según este vacío o lleno. La disposición del asa horizontal permite el perfecto equilibrio de la vasija a la hora del transporte sin que el contenido se derrame.
Este recipiente, al igual que el resto de los útiles de madera utilizados por los pastores en la elaboración de productos lácteos, ha sido sustituido en el tiempo por cubos metálicos de fabricación industrial, plástico y en la actualidad por los de acero inoxidable. Antes de su desaparición habían ido reduciendo su tamaño, no sólo por la dificultad de su elaboración sino también por la paulatina disminución en el diámetro de los árboles en los bosques autóctonos.