Vasija realizada en cobre con cuerpo globular y cuello cilíndrico que se asienta sobre tres patas de hierro remachadas; posee mango de madera torneada, tapa superior con orificio central para alojar el batidor, también de madera, compuesto de un mango largo cilíndrico y una macilla con profundas estrías verticales.
Es una pieza procedente de Ea, Bizkaia, característica del menaje tradicional de cocina, que se empleaba para elaborar el chocolate a la taza, bebida espesa que se toma caliente como golosina y tónico. En su elaboración es imprescindible el uso del batidor para mezclar el chocolate troceado con la leche hasta adquirir la suavidad y homogeneidad deseados.
El chocolate se convirtió durante el siglo XVIII y XIX en un alimento muy apreciado en la gastronomía, lo que generó una proliferación de recipientes para su preparación y servicio, siendo los más antiguos los metálicos (cobre, latón...) que, a lo largo del siglo XIX, fueron sustituyéndose progresivamente por modelos de hierro fundido con el interior esmaltado.