Reloj de pie compuesto por caja prismática rectangular con tres cuerpos, el central más estrecho y el superior, que es el que acoge el reloj, rematado por copete triangular. Esfera de hierro esmaltado en color blanco con numeración romana en negro, agujas de horas y minutos en hierro recortado y calado y bocallaves para marcha y sonería. Al reloj se accede mediante portezuela recortada en arco, a la que le falta el frontal de cristal de protección.
La esfera presenta caratula de latón decorada en relieve con motivos vegetales en la parte inferior,
y con la escena bíblica del encuentro de Jesús en el pozo con la samaritana.
El movimiento se regularía con pesas (conserva una) y péndulo, que no ingresa, mecanismos a los que se accedería a través de la puerta que presenta en el cuerpo central.
Este tipo de relojes son conocidos como "Comtoise" por estar hechos en la región francesa llamada Franche-Comté, del departamento del Jura y cerca de la frontera con Suiza. También se les llama Morez o Morbier por ser estas dos ciudades las más importantes y donde se fabricaron la inmensa mayoría de estos relojes. Eran elaborados artesanalmente en talleres de carácter familiar y enviados por tren a minoristas nacionales y extranjeros, comercializándose en toda Europa debido, sobre todo, a su bajo precio. Una vez en destino, eran vendidos por pequeños comerciantes y relojeros locales, quienes exigían a los fabricantes pintaran en la esfera su nombre y el de su localidad, petición que era aceptada siempre que el encargo superara las 20 unidades. A partir de 1915 la producción va decayendo lentamente para morir en 1939. La casa G.Jobez de Morez vendió sus últimos relojes en 1939. El reloj de pie tuvo un gran éxito en el País Vasco, generalizándose su uso también entre las clases populares a partir de la segunda mitad del siglo XIX y convirtiéndose en un elemento usual e indispensable en salones y comedores. Habitualmente formaba parte del arreo de boda.