Especie de tenacillas o pinzas con dos brazos en forma de "U" muy abierta, que tienden a cerrarse por la fuerza de un muelle que llevan en la parte superior. Para mantener los brazos abiertos y armar el cepo se colocaría entre ellos una pequeña chapita provista de un par de muescas y un orificio central.
Cepo empleado como trampa para atrapar a los topos, animalitos que provocan daños en las raíces de los cultivos. Se colocaba en la entrada de las galerías excavadas por los topos que, al tratar de salir atravesando el orificio de la chapa, quedaban aprisionados.