Útil doméstico. Cuchara de madera de boj, presentando cavidad cóncava ovalada y ligeramente apuntada y mango plano, estrecho en el arranque y ensanchado después hasta adquirir forma de pala ovalada que presenta decoración incisa a punta de navaja. En la cara anterior orla perimetral de dientes de sierra enmarcando tres dibujos: picos de montaña, cabeza de macho cabrío o gamuza y luna menguante, sobre fondo rallado de triángulos. Al dorso presenta firma, "Marengo". Esta cuchara como el resto de lote fueron confeccionadas y decoradas en la década de los ochenta por Jose Manuel Marco Garcés (Isaba - Izaba 03-03-1955) hijo de Manuel Marco Labayru (Isaba 10-06-1924 / 2013) y Visitación Garcés Bueno (Isaba 02-7-1926 / mayo 2017). Proceden de la casa Alfontzibar, hoy conocida también como Marengo en el barrio Izargentea de Isaba, Navarra, aunque hace tres generaciones cambiaron de vivienda y hoy es un solar en el que aún se ven restos de su estructura.
Jose Manuel trabajo con su padre hasta que a los 21 años se independizó comprando unas ovejas para dedicarse al pastoreo ovino. Con su tío Anatolio Ezker Ezker de Isaba, pastor de ovejas, aprendió a elaborar queso en 1979, construyendo un año más tarde una borda, cercana a la de su padre, en Sorondoa. En 2019 se ha jubilado y ha traspasado la chabola a Marina Collado, una pastora catalana que va a seguir con la explotación ganadera y la producción de queso, resistiéndose al igual que él, a la desaparición de la economía tradicional frente a las políticas públicas de convertir el Pirineo en un gran parque natural despoblado y deshumanizado. En el periodo que Jose Manuel empezó a elaborar queso era un oficio que solo practicaban unos pocos pastores como: Placido Labayru de la casa Beltza de Isaba; Mastuzarra de Burgui, Cabezón de Uztarroz, éstos dos en los montes de Ustarroz y Urzainqui y Diego de Bidangoz que elaboraba su queso en el pueblo. Diego es el último que aún sigue elaborándolo, pero de manera intermitente
Jose Manuel también elabora y decora cucharas de boj, anteriormente las hacia mientras cuidaba sus ovejas y ahora en casa, siempre reacio a desprenderse de ellas. Su afición por las cucharas hizo que empezara a elaborarlas con catorce años, observando las que había en las casas del valle y las que hacían los cuchareros como el de Mezquiriz en el valle de Erro o el de Bigüezal en el Romanzado. De este último consiguió su primer banco de cucharero.
El pastor que, se dedica a trabajos de artesanía es, a menudo, más cuidadoso en la elaboración y decoración de los útiles, al tener más tiempo para ello mientras cuida del rebaño en la época estival y por un sentido de la estética que el artesano del valle no puede permitirse al tener que primar la cantidad a la calidad, lo que no era óbice para que el artesano también elaborara cucharas de calidad ya que tenían oficio para ello. También hay que decir que no todos los pastores hacían cucharas, algunos las compraban hechas, principalmente de mango ancho, y sobre ellas hacían los dibujos incisos, siendo así mejor valoradas por ser modelos de arte popular. En el Roncal era habitual decorar las cucharas con una orla perimetral -- bordillo, a base de dientes de sierra, y el resto de la pala, era decorado por algunos pastores con motivos figurativos o geométricos. Los dibujos incisos hechos a punta de navaja se frotaban con carbón y después se embardunaban con grasa, quedando los dibujos ennegrecidos, resaltando los motivos sobre el color natural de la madera. Jose Manuel utiliza el motivo de diente de sierra del Roncal y la pala lo rellena con toda clase de dibujos incisos estilizados (pastor ante la chabola cortando pan para migas, un macho cabrío, esvásticas - lauburu o rosa de los vientos...). Para ennegrecer, pasa el lápiz sobre las trazas incisas y después lo embarduna con grasa de tocino, fijando el color y consiguiendo el contraste deseado. Además de cucharas hace tenedores y algunos cubiertos dobles, cuchara por un extremo y tenedor en la opuesta.