Pintor de estampas vascas y castellanas, muestra con un estilo muy definido tipos, paisajes y costumbres de estas tierras con la intención siempre de trascender la escena narrada, desembocando en un latente simbolismo. Así, la interpretación del mundo tradicional vasco, rural o marinero, con la variopinta representación de grupos humanos, ayuda al pintor a crear un repertorio iconográfico y ambiental con una intencionalidad expresiva, que se adentra en la psique de los personajes y en la intrahistoria colectiva que narra en sus composiciones. Idealiza costumbres y creencias populares de unos seres casi estatuarios, aferrados a un mundo ancestral heredado de sus mayores. Elaboró Valentín diferentes versiones pictóricas sobre los mismos asuntos: romerías y otras fiestas rurales, banquetes y ofrendas, celebraciones comunitarias o familiares. Motivos festivos en los que exalta, con cierto candor primitivo, también místico, una profunda espiritualidad colectiva.
La villa costera de Ondarroa es un marco de referencia habitual en las obras de Valentín -también en Ramón-. Por las víctimas del mar muestra las luces ya declinadas del atardecer que se recortan sobre el horizonte y modifican los campos cromáticos del cuadro para obtener un punto de expresión en donde figuras, escenas y costumbres quedan hermanadas con el paisaje. (Santiago Arcediano)