El lenguaje oral o escrito, al que suponemos normalmente capaz de transmitir razones y argumentos para la comunicación y la comprensión entre personas, actúa de manera exactamente contraria en situaciones de violencia política. Las palabras pierden su significado para pasar a representar lo que el oponente interpreta en función de sus intereses ideológicos. En caso de violencia, las palabras no sólo se desvirtúan, sino que, pueden atemorizar incluso más allá de lo que signifiquen, pues es obvio que, a veces, lo que sí significan también puede llegar a producir genuino pavor. Euba ha trabajado en los últimos años con el significado supuesto de palabras, frases y gestos de personas a las que atribuimos intenciones políticamente inquietantes, sin albergarlas en absoluto, pero a lo que nos hemos acostumbrado por la convivencia cotidiana con simbologías que insistentemente relacionamos con actividades violentas, en una perversión de nuestra percepción que no se produciría en otro ambiente. Una palabra corriente, como lo es "gora", que es lengua vasca significa "viva" o "arriba", es decir, algo inocuo, trasladada a la cristalera de un edificio y resaltada por ennegrecidos bordes provoca la inevitable asociación con un concreto fenómeno terrorista, en la cual se pierden nuestra percepción y el lenguaje.
[Autoría desconocida]
Catálogo Laocoonte Devorado. Arte y violencia política, 2004
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Este tríptico fotográfico de Jon Mikel Euba (Bilbao, 1967) se ha vinculado recurrentemente a un contexto de violencia, tanto por las exposiciones en que ha participado como por referencias bibliográficas. En esa época, Euba mostraba palabras o situaciones de interpretación múltiple pero que inevitablemente asociábamos a esas circunstancias. Nuestro escenario desvirtuaba el significado de palabras corrientes y les confería otro, políticamente cargado, con capacidades perversas. Hoy, cuando aquellos días de dolor ya nos parecen tan lejanos, es posible que, aún con la memoria de lo vivido, Gora participe de otras narraciones. Vueltas que da el arte, es decir, la vida, este mural fotográfico fue realizado a partir de una intervención del artista en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, para la exposición Gaur, Hemen, Orain, en 2002. Diecisiete años después, Gora --obra transmutada definitivamente en fotografía e integrada en la Colección Artium- regresa al mismo museo para la muestra Después del 68. Arte y prácticas artísticas en el País Vasco 1968-2018, otra colectiva de artistas vascos que puede verse hasta el 28 de abril. La obra fue adquirida en 2002 por la Diputación Foral de Álava.
Antón Bilbao
El museo de papel, 15/03/2019