No es justo decirte cuál es el mejor, el que más quiero. Acaso suene a traición hacia el resto... pero... sí, creo que me gusta Hombres, espacios y cosas, está en el Museo de Vitoria.*
José Luis Zumeta
Con esta declaración José Luis Zumeta nos acerca a lo que, posteriormente, el tiempo ha ratificado: la magnitud de esta grandiosa pintura. Grandiosa no solo por sus dimensiones, como acostumbraba a pintar, sin reparar en las medidas y límites, para él «es mejor hacer cuadros grandes, funcionan mejor, disfruta más pintando y salen mejor»*, sino también por su significado para la pintura vasca de los años 70 del siglo xx.
Como si de un inabarcable universo se tratara, Hombres, espacios y cosas se organiza mediante manchas de color que encierran diferentes escenas entre sus contornos. Toda la composición se desarrolla en un inmediato primer plano, en el que el artista va depositando volúmenes parciales ajenos a cualquier atisbo de perspectiva o plano secundario. Sin embargo, el protagonismo expresionista no interfiere en la espacialidad, que Zumeta dispone de manera ordenada y casi geométrica, lo que le permite mantener el control sobre la creación pictórica.
Utiliza el color como pilar generador, como un impulso que recorre toda la superficie y lo hace con gesto explosivo y violento. Durante esta época, Zumeta fue aplicando las influencias expresionistas y abstractas que descubrió en la década de los 60 en su viaje a París (CoBRA, Karl Appel, Stäel, Pollock, De Kooning...). La paleta nos remite a los colores terciarios, con los que despliega un amplio repertorio de pequeñas salpicaduras y profusos grafismos que traspasan los límites del cuadro, intentando atrapar un fragmento del espacio-realidad en el que habitan los hombres con sus cosas.
Es ahora, con el color fuerte y saturado, cuando Zumeta anuncia sus futuras intenciones. Una cargada pincelada avanza hacia la tridimensionalidad escultórica de los murales cerámicos que, entre 1974 y 1976, realiza para Usurbil, Pasajes Ancho y Zarautz (Gipuzkoa). En el uso de los grises, en la parte central del tríptico, sugiere lo que será su siguiente periodo entre los años 1975 y 1977, etapa en grises, época intimista y sugerente, en la que de manera progresiva comienza a introducir una mayor presencia de la figuración.
Hombres, espacios y cosas cierra un ciclo de actuación con el anuncio de nuevos tiempos y propuestas, supone un adelanto, una manifestación de las intenciones y ejecución artística de Zumeta a partir de este momento.
Arantxa Pereda
Exposición El arte y el Sistema (del arte). Acto 1. Colección Artium, 2017
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El tríptico Hombres-espacio-cosas, de 1975, en óleo sobre lienzo, refleja la voluntad del pintor de organizar el cuadro a partir de colores densos y expresivos en el lenguaje abstracto que le caracteriza, aunque ya se empieza a adivinar el lenguaje figurativo hacia el que avanzará a finales de los setenta en algunas formas humanas deformadas que se mueven en un espacio muy abigarrado.
Javier Hernando / Sagrario Aznar
Catálogo ARTIUM: La colección, 2004