Se trata de un tríptico que representa a santo Domingo de Guzmán y a santo Tomás de Aquino, flanqueando a la figura de María con el niño. Las tres figuras están representadas con nimbos dorados, coincidentes con el fondo de la obra y delimitados por línea negra que lo cierra de forma circular. En su interior, letras de gran tamaño identifican a los personajes representos en la tabla. Santo Domingo, fundador de la orden predicadora de los Dominicos, porta una rama de azucénas, símbolo de pureza, así como la maqueta de una iglesia, atributo de fundadores y doctores de la iglesia y que en el caso de la iconografía de santo Domingo parece aludir a la Basílica Laterana, San Juan de Letrán, sede del Obispo de Roma, el Papa, y la más antigua y primera en el orden de basílicas papales. Santo Tomás de Aquino, otro de los grandes personajes pertenecientes a esta órden, porta así mismo otra maqueta de edificio religioso en una de sus manos, mientras que en la otra, un astro, envía haces de rayos de luz en alusión su doctrina iluminadora y su sabiduría como filósofo y erudito