Óleo sobre lienzo enmarcado que reproduce una imagen de la falua o góndola del Consulado de Bilbao, embarcacion de caracter institucional, empleada por las autoridades, prior y cónsules, en las visitas jurisdiccionales por la ria y en celebraciones religiosas y festivas de la villa. La falua, guiada por remeros, dotada de una camareta con palio y cortinajes rojos para asiento de las autoridades y cuyo casco se presenta decorado con pinturas y relieves dorados, navega por una paraje de la ria que podria identificarse, por la trasera de la edificacion central (¿iglesia de San Vicente?) como perteneciente a la anteiglesia de Abando. La gran bandera que ondea a popa con la cruz de San Andres, emblema del Consulado, y la gran cartela de la parte inferior, identifican la embarcacion, que queda si descrita:
"RETRATO DE LA GONDOLA, QUE MANDO FABRICAR LA CASA DE / LA CONTRATAZION DESTA NOBLE VILLA DE VILVAO ANTES QUE / SE HIZIESE SU CASA CONSISTORIAL EN LA QUAL SOLIAN SALIR LOS QUE / HERAN DE AMBAS COMUNIDADES ALAS FIESTAS E NOVILLOS Y OTrAS COSAS / QUE SE HAZIAN POREL OTABARIO DEL CORPUS".
La informacion aportada por la cartela permitiria fechar de manera aproximada la falua reproducida, una de las muchas con que a lo largo de su historia debió contar el Consulado, puesto que señala que es anterior a la edificación de la Casa Consistorial de la Villa, que comenzó en 1676. Siendo pues anterior a esa fecha y estando documentada por Teofilo Guiard la construccion de una falua en 1671, con ocasion de la visita que el embajador extraordinario de los estados de Holanda a su paso por Madrid realizó a Bilbao, parece logico pensar que la embarcacion del cuadro sea la reseñada por este autor. Constribuye a fortalecer esta hipotesis la descripcion de los Bienes y Alhajas del Consulado en el año 1684, donde se mencionan varios elementos de aquella falua, retirada en el año 1681: escudo de armas de la Casa pintado y dorado, columnas y armazon del toldo dorados, colgaduras y cenefas de damasco carmesí ,... que se aproximan bastante a los representados en el óleo.
Respecto a la autoria de la obra, la atribución a Francisco Bustrin viene de antiguo y es recogida por Domingo Guzman en su obra. Entramos aqui tambien en un terreno de confusiones puesto que son varios los artistas con apellido Bustrin en los siglos XVII y XVIII: Francisco Bustrin, Nicolas Bustrin y Miguel Gregorio Bustrin, todos citados en las fuentes de la época y relacionados con el Consulado de Bilbao de una u otra manera. Segun Javier Viar podria tratarse del "primer óleo con tema bilbaino conocido y la primera imagen de Bilbao producida por un artista autóctono".